Tipos de montañas
Una montaña es mucho más que una parte de terreno elevada. El término implica la existencia de formaciones geológicas especificas: rocas muy plegadas y falladas, depósitos volcánicos antiguos o masas de rocas ígneas tales como intrusiones graníticas.
Hay cuatro tipos principales de montañas: plegadas, en bloque, en domo y volcánicas. Las montañas plegadas varían mucho en complejidad, pero se ajustan al tipo básico. Los Alpes, Cárpatos e Himalaya forman la cordillera plegada más extensa del mundo. Las rocas han sido complejamente comprimidas y plegadas, con intrusiones de roca fundida, metamorfismo extendido (cambios en las rocas) y fallamiento. Los numerosos terremotos de Turquía e Irán indican que allí las montañas aún se están moviendo.
Las montañas en bloque son estructuras falladas a gran escala. Internamente suelen estar muy plegadas y falladas y se forman por una falla profunda o por un horst (bloque de estratos elevado) muy extenso moldeado por la erosión. Muchas se elevan abruptamente sobre las tierras bajas adyacentes.
Los domos se forman por el abombamiento de estratos, como cuando se produce una intrusión granítica. Al aumentar el abombamiento, la superficie es erosionada y queda expuesto el granito subyacente. Cuando son altos y extensos constituyen montañas en domo, como las Black Hflls de Dakota.
Las montañas volcánicas crecen visiblemente durante las erupciones. Cuando su último crecimiento ha sido reciente, su forma apenas está afectada por la erosión. A medida que se producen nuevas erupciones, los sucesivos flujos de cenizas y lavas van aumentando la altura del volcán. Las montañas volcánicas son relativamente escasas en el interior de los continentes. Son características de fondos submarinos y de ciertas islas, pudiendo formar arcos insulares de varios miles de kilómetros de longitud; uno de estos arcos es el de las islas
Aleutianas.
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